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Los niños ya me llaman "señor" a pesar de que me siento más joven que en los últimos 12 años. Soy más bien de izquierdas y no soporto a las instituciones ni a las personas que tratan de decidir por mi: mi creo, mi comportamiento, mi modo de vida. Muchos años en África y Asia, muchos en Europa... tengo mi propia perspectiva del mundo, probablemente muy parecida a las de todos los demás, pero la única que es mía y la mantendré hasta el final.

miércoles, 24 de agosto de 2011

El engaño vegetariano

Cuando éramos niños, los que ya no lo somos, mirábamos a los perros y a los gatos y pensábamos que no podía ser cierto que los animales no tuvieran alma, como la Iglesia cristiana nos enseñaba. Especialmente los que teníamos mascotas mamíferas. ¿Cómo no van a tener alma, si es evidente que tienen sentimientos? ¿Es que no ven los ojos de ternura con la que nos mira ese gatito, ese perrito o ese hámster tan mono? ¿Es que nadie ha visto cómo Copito de Nieve se comporta casi como un hombre o cómo la mona chita era más lista que muchas personas y tenía claras señas de lealtad y amor? Bueno, sí, Chita era un personaje de ficción…
Al crecer, dos cosas cambian: sólo los que tienen mascotas (y no todos), siguen en ese convencimiento y sólo algunos siguen creyendo que la Iglesia (los hombres que la dirigen, porque a las mujeres no les dejan) es infalible.
Hay algo que nos acompaña, en cualquier caso, a todos nosotros, que es una conciencia maleable y la lucha continúa por mantener el equilibrio entre nuestra lucha contra nuestro sentimiento de culpabilidad, del que tantos psicólogos, psiquiatras y farmacéuticas viven, y nuestro hedonismo expansivo por las fuerzas de la edad y la sociedad de consumo. Y en esa lucha esta también la relación afectiva con los animales. Los primates son casi como nosotros y parece que sólo los extintos homo habilis y neardenthal nos separan de ellos. Al fin y al cabo, son nuestros ancestros inmediatos. Luego nos encontramos con el resto de mamíferos. ¡Tienen, algunos de ellos, comportamientos tan sorprendentemente “humanos”! Los chimpancés se ríen, se relacionan, usan herramientas simples y resuelven incluso algunos problemas mejor de lo que sabemos hacer los humanos. Los perros saben transmitir lástima, alegría y enfado, afecto y juego, hambre y malestar. Los gatos son algo menos expresivos, a la par que menos afectivos y más independientes, pero siguen siendo animales domésticos que agradecen el contacto y lo devuelven con un agradable ronroneo. Algunos pájaros saben reproducir sonidos parecidos a nuestras palabras, aunque personalmente estoy seguro de que no tienen la menor idea de cómo usarlos (y qué decir sobre su comprensión de los vocablos). Pero a medida que nos vamos alejando en el reino animal del puesto privilegiado en que nos hemos situado los hombres en la clasificación
Nuestro antropocentrismo no nos lleva a pensar, aunque lo sepamos, que no son los animales los que tienen comportamientos parecidos a los humanos, sino que somos nosotros los que hemos heredado y conservamos esos comportamientos de nuestros antecesores, por lejanos que éstos parezcan estar en la cadena evolucionista. Y desde luego no nos lleva a pensar que precisamente por eso no somos distintos de otras formas de vida ante la que tenemos tan pocos derechos como ante las más similares a las nuestras.
¿Por qué es menos malo matar a una lechuga que a un conejo? ¿Por qué es más valiosa la vida de un animal a la de un vegetal? ¿Es ese el criterio? Entonces, ¿un perro debe estar por delante de un geranio? ¿Una rata por delante de un roble? ¿Una hormiga por delante de un acebo milenario?
Está claro que los vegetarianos no responderían lo mismo a las tres preguntas. Y eso demuestra que la premisa de la que se parte cuando se hace uno vegetariano por evitar el sufrimiento de los animales es demagógica y condescendiente.
Evidentemente, yo seguiré siendo omnívoro…

1 comentario:

  1. Pues por lo que dices, por antropocentrismo, que por una parte intenta santificar la naturaleza y por otra pone al ser humano al margen de la misma. Es mi opinión, y yo también seguiré omnívoro ;P

    Un saludo, desde Chisland ;)

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